De repente ocurre, estás tranquilo en tu cama durmiendo, porque este momento suele llegar a altas horas de la madrugada y sientes como tu pareja te grita como si hubiera fuego en la habitación. Te despiertas asustado, se te entrecorta la respiración y es cuando te das cuenta de que ha llegado el momento, “estáis de parto”.
Empiezas a dar vueltas como pollo sin cabeza, corres de un lado para otro, te tropiezas varias veces hasta que por fin consigues vestirte y salir corriendo hacia el hospital para por fin después de 9 meses de larga espera ver por primera vez a tu bebé.
Y llega ese ansiado momento, un poco más, ya está casi y por fin está aquí tu bebé. Pero ¿Qué ocurre, que es lo que está pasando? Notas como cambian las caras de todo el personal de la sala de parto. Alguien coge a tu bebé que aún no has oído llorar y todo el mundo lo rodea, es entonces cuando te das cuenta de que algo no ha ido como esperabas y es entonces cuando empieza todo.
No entiendes nada, tu no estabas preparado para esto, nadie está preparado para esto, ves que todo empieza a ir a diferentes velocidades, los médicos y enfermeros tienen mucha prisa por hacer algo y tu sin embargo te has quedado petrificado, ese día se para el tiempo.
Minutos, horas, días, ya no sabes que hora es, en que día vives y tan solo han pasado unos escasos minutos, que se te han hecho eternos a la puerta de esa sala a la que llaman UCI neonatal y de la que poco o nada sabias hasta este momento en el que te acabas de matricular en la asignatura más difícil de tu vida. De pronto se abre la puerta y ves como una chica con la cara muy seria te dice que hay que esperar a ver la evolución de las próximas horas y que no puede decirte nada más por el momento, piensas que esto no puede ser verdad, que es una broma de mal gusto y que pronto se terminará, pero no es así.
En las próximas horas empiezan a darte datos y más da
tos, palabras que no entiendes, otras que sí entiendes pero no asimilas, otras que no escuchas porque estás bloqueado y otras que no quieres oír porque no llegas a entender cómo has podido llegas hasta aquí si tu esto no lo tenias planeado.
Conforme van pasando las primeras horas de vida de tu pequeña Chloe ya te empiezas
a dar cuenta de que vuestra relación padre hija no va a ser de la que comúnmente denominamos típica o normal, tu hija y tú vais a tener algo muy especial y mágico que solo vosotros vais a entender y mira por donde, aquí has
encontrado algo bueno, aunque en ese momento no te dabas cuenta de ello. Estabas más preocupado por su
evolución y sus posibles secuelas que de todo lo demás. Solo pensabas en que se recupere y en que se ponga bien y
en frases como lo típico de “ya verás como todo sale bien” o “no te preocupes que los niños son muy fuertes” y piensas que todo esto está muy bien, pero no me consuela no haber podido tocar todavía a mi pequeña princesa a la qu
e solo puedes ver a través de un cristal, llena de cables y aparatos pitando continuamente e iluminándose de todos los colores del arco iris.
Mientras tanto en tu congelado cerebro solo escuchas una y otra vez el eco de palabras como encefalopatía hipoxiconosequé, tratamiento de hipotermia, convulsiones, hipertonía muscular, electroencefalograma, resonancia, ecografía, hemmisferios, lobulos y un millón de términos médicos de los que jamás pensabas que ibas a oír hablar y te pones a buscar por Internet en tu teléfono en esa sala de espera medio a oscuras y encuentras definiciones complicadisimas y de las que necesitas leer muchas veces antes de creer entender lo que significan. Y en que mala hora has entendido algo de lo que quiere decir alguno de los términos que esa doctora te ha dicho tan suavemente y que en realidad son tan horrorificos.
Es aquí cuando empiezan las preguntas tipo ¿podrá andar?¿podrá hablar?¿podrá oírnos?¿podrá pensar? y ese ¿podrá? no termina nunca, no creías que había tantos podrás en el mundo y de repente esos podrá se transforman sin saber cómo en no podrá y empiezas a ver las cosas muy oscuras, muy
negras, no podrá andar, no podrá hablar, no podrá relacionarse con los demás, no podrá esto, no podrá aquello.
Te angustian tantas cosas en este momento que no te as cuenta de que todas esas cosas que te angustian son el motor que hace que cada día consigas algo nuevo y alcance sus objetivos, no hace falta que ande, no hace falta que corra, no hace falta nada más que una sonrisa para darte cuenta que lo único importante es hacerla feliz.